lunes, 14 de octubre de 2013


                                                                    SETAS 
 Las setas —también llamadas callampas en Bolivia, Chile, Ecuador y Perú—[1] son los esporocarpos, o cuerpos fructíferos, de un conjunto de hongos pluricelulares (basidiomicetos) que incluye muchas especies. Suelen crecer en la humedad que proporciona la sombra de los árboles, pero también en cualquier ambiente húmedo y con poca luz. Unas especies son comestibles y otras son venenosas, e incluso existen varias con efectos psicoactivo.
Lo sorprendente es que especies tóxicas hay muy pocas en Europa, unas 50, y verdaderamente temibles sólo media docena, por lo que con solo conocer estas pocas se evitarían esos lamentables casos. La culpa hay que atribuirla a una serie de falsas reglas empleadas para conocer las setas como: tener buen aspecto, por su parecido a los níscalos o a los chFile:Boletus edulis EtgHollande 041031 091.jpgampiñones, por su color discreto, por su carencia de mal olor, porque siempre son comestibles las de tal lugar, por superar la prueba absurda de cocerlas junto a una moneda de plata y no oscurecerla, la imposible destrucción del veneno sumergiendo las setas en vinagre y sal, la deducción de su inocuidad por la comprobación de que no fueron tocadas por animales como erizos, víboras, sapos, caracoles o babosas.
Aunque no se cultiva en huertas, en nutrición las setas comestibles pueden incluirse en el grupo de las hortalizas. Son ejemplos de setas comestibles el champiñón, el gurumelo, el níscalo, el gallipierno o la oronja.Las setas —también llamadas callampas en Bolivia, Chile, Ecuador y Perú—[1] son los esporocarpos, o cuerpos fructíferos, de un conjunto de hongos pluricelulares (basidiomicetos) que incluye muchas especies. Suelen crecer en la humedad que proporciona la sombra de los árboles, pero también en cualquier ambiente húmedo y con poca luz. Unas especies son comestibles y otras son venenosas, e incluso existen varias con efectos psicoactivo.
Lo sorprendente es que especies tóxicas hay muy pocas en Europa, unas 50, y verdaderamente temibles sólo media docena, por lo que con solo conocer estas pocas se evitarían esos lamentables casos. La culpa hay que atribuirla a una serie de falsas reglas empleadas para conocer las setas como: tener buen aspecto, por su parecido a los níscalos o a los champiñones, por su color discreto, por su carencia de mal olor, porque siempre son comestibles las de tal lugar, por superar la prueba absurda de cocerlas junto a una moneda de plata y no oscurecerla, la imposible destrucción del veneno sumergiendo las setas en vinagre y sal, la deducción de su inocuidad por la comprobación de que no fueron tocadas por animales como erizos, víboras, sapos, caracoles o babosas.
Aunque no se cultiva en huertas, en nutrición las setas comestibles pueden incluirse en el grupo de las hortalizas. Son ejemplos de setas comestibles el champiñón, el gurumelo, el níscalo, el gallipierno o la oronja.

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